jueves, 30 de agosto de 2018

Magdalena de Cao: LA RUTA MURALISTA


Magdalena de Cao: LA RUTA MURALISTA


Víctor D. Corcuera Cueva

El valle de Chicama, formado por el río del mismo nombre, alberga más de 30,000 ha cultivadas con caña de azúcar. La industria de la caña está presente en todos los lados que alcance nuestra mirada y, aún más allá. Dentro de esa extensa capa verde, están ubicadas las Huacas que, a pesar de las adversidades y abandono por parte del Estado, siguen de pie, erguidas; ellas son la cara de nuestro milenario pasado. Son estas Huacas que, en el presente, dotan de autoestima al poblador local, brindándoles otras oportunidades dignas y justas. Procesualmente, los pobladores del distrito de Magdalena de Cao están insertándose en una nueva economía basada -primordialmente- en la puesta en uso social de las evidencias arqueológicas descubiertas en el complejo arqueológico El Brujo. En ese contexto, este articulo –no turístico- es un manifiesto que expone los cambios socio-económicos en el distrito de Magdalena de Cao, provincia de Acope, región La Libertad.

El río Chicama, cultivos y monocultivo en el valle medio y bajo del valle de Chicama.
La costa norte del Perú es, por excelencia, un destino para viajeros con identidad. Entre los diferentes valles que la conforman, existe uno que desde hace casi tres décadas ve resurgir y brotar a su gente: el valle de Chicama. El agua del río Chicama, proveniente de los cerros Pata de gallo y Ruecas, recorre un trayecto aproximado de 172 km y su cuenca abarca una superficie aproximada de 6,000 Km2 (Peñaherrera del Águila, 1986:105-106) (Figura 1).

Figura 1. Las descargas máximas observadas han sido de 242 m3/seg. (Peñaherrera, 1986:106). El subrayado en rojo es nuestro.

Evidentemente, es gracias al agua del río Chicama que es posible irrigar el monocultivo de caña de azúcar, aún en épocas cuando su superficie en la parte baja del valle, aparenta estar seca. La ingeniera actual permite, a algunos propietarios, irrigar el monocultivo con el uso de bombas y conducir el agua con el uso de mangas, optimizando al máximo el líquido elemento. En tal sentido, estos nuevos métodos garantizan el verdor cañaveral en el valle medio y bajo del Chicama.

Sin embargo, el paisaje no siempre fue así de monótono, los colores del valle de Chicama fueron variados. Joaquín Díaz Ahumada (1962) afirma que:

“…años atrás el Valle de Chicama estaba conformado, en toda su extensión, por numerosos fundos agropecuarios, donde se cultivaba continuamente artículos de pan-llevar y se fomentaba la cría de ganado vacuno, lanar y porcino en abundancia” (Díaz,1962:7).

En efecto, Rizo-Patrón y Aljovín de Losada (1998) indican que hubo tierras dedicadas al cultivo de frutos, olivos y vid, para la elaboración respectiva de aceites y licores, y grandes extensiones de tierras dedicadas a alfalfares y pastos para la crianza de ganado mayor (vacuno, caballar, mular) y menor (ovino) (Rizo-Patrón y Aljovín de Losada, 1998:252). A causa de estos diversos cultivos, el paisaje del valle de Chicama era más colorido que, en términos ambientales, se podría decir “eco-amigables”.

Al margen de los pleitos entre los hacendados -durante el virreinato- para apropiarse en buenas o malas prácticas de nuevas haciendas, sus productos contribuían al gran comercio entre las diferentes colonias españolas ubicadas en la rivera del Pacífico. El comercio intercolonial, hace un par de siglos atrás, permitió la riqueza de los hacendados y ésta se cimentó en la diversidad de su oferta. En tal sentido, Frank Díaz (2014) sostiene que el Perú mantuvo un comercio muy fluido con Chile, y por el norte con los puertos de Panamá, Guayaquil, Realejo, Sonsonate, Saña, Mórrope y Chérrepe (Díaz, 2014:161). 
Tal comercio intercolonial justificó la ampliación, tanto en la costa, como en los andes Liberteños, de fundos agropecuarios. Joaquín Díaz, lista –para el valle Chicama- algunos de estos fundos:
“Bazán, Mocollope, Sintuco, Careaga, Farías, Tutumal, La Viñita, San Jacinto, Cajanleque, Garrapón, Santa Ana, Los Molinos, Chuín y las Viudas, Nepén, Barraza, Mocán, San José Alto, San José Bajo, Lachi, La Capilla, Tacalá, Hacienda Arriba, Chicamita, El Cañal, Gasñape, Pampas de Jagüey, Pampas de Ventura; esta fue la última hacienda pequeña que sucumbió bajo el poder de la hacienda Roma. En medio de esta gran comunidad de propiedades privadas subsistían, como exponentes del civismo de los antiguos moradores del Valle de Chicama, algunas poblaciones que no eran fundos ni propiedad particular, sino pueblos de organización política y administrativa, con categoría de distritos, siendo éstos los siguientes: Chicama, Chocope, Ascope, Paiján, Santiago de Cao, Magdalena de Cao y Malabrigo (hoy Rázuri) (Díaz, 1962:7-8).
Ahondando un poco más en las propiedades agrarias ubicadas en este valle, Rizo-Patrón y Aljovín de Losada (1998) comentan que algunas de éstas eran de propiedad de los marqueses de Herrera y Vallehermoso –élite de la sociedad trujillana del siglo XVIII-, quienes producían azúcar, aceite, menestras. Interesante producción que se dio gracias a la mano de obra de los más de 150 esclavos que formaban parte de su propiedad (op. cit. pp. 252-253). Evidentemente la riqueza de estos hacendados fue gracias al sistema despótico y esclavista imperante en aquellos siglos (Figura 2). 
Figura 2. “El palomar”, ex casa hacienda ubicada en Casagrande, Ascope, La Libertad. Foto © Víctor Corcuera 2006

Posterior a la independencia de 1821 y los cambios estructurales que van a dar forma a la república incipiente del Perú, el valle de Chicama será testigo de las luchas promovidas por los obreros trabajadores en el monocultivo de la caña de azúcar. Se recomienda al viajero dar una leída a la obra “Historia de las luchas sindicales en el valle de Chicama” de Joaquín Díaz Ahumada (Figura 3).

Figura 3. Obra de Joaquin Díaz Ahumada. Libr. e Impr. Bolivariana, 1962. 72 páginas

Lo expuesto, líneas arriba, nos brinda una idea general del paisaje del valle de Chicama hasta la primera mitad del siglo XX. Un paisaje que, si bien el cultivo de caña de azúcar era importante, éste se matizaba con otros de pan-llevar. La tierra era más saludable y además las familias podían acceder al manto acuífero con pozos artesianos de baja profundidad. Las condiciones de vida de los pueblos de la caña, a pesar de las luchas sindicales, no han cambiado mucho en el presente (Figuras 4 y 5).
Figura 4. Poblador en ruta a Mocollope, provincia de Ascope, región La Libertad. Foto © Víctor Corcuera 2014

Figura 5. Vista panorámica del monocultivo de la caña de azúcar desde el acueducto Chimú. Ascope, La Libertad. Foto © Sergio Corcuera 2014

Ocupación cultural del valle de Chicama
Actualmente, la población del valle de Chicama no depende exclusivamente del monocultivo de caña de azúcar, y no todos los que trabajan en este valle viven o son originarios de la provincia de Ascope. Los nuevos comercios permiten que haya una mayor fluidez de personas en las grandes urbes de la provincia de Ascope. No hay que perder de vista que la ocupación cultural en esta parte del Perú se remonta, al menos, a 14000 años. Solo para citar un botón como muestra, el dato arqueológico nos revela que en las quebradas de esta provincia –actualmente desérticas- se hallaron evidencias de la cultura más antigua de la costa norte del Perú, la cultura Paiján (Chauchat et al. 1992). Asimismo, Tom Dillehay et al. (2012) en sus recientes investigaciones afirma que la ocupación en los alrededores de Huaca Prieta –ubicada al extremo sur del complejo arqueológico El Brujo- se remonta a 14, 000 años. Los resultados afirman que las poblaciones asentadas en esta área se adaptaron gracias al consumo de productos provenientes tanto de las estribaciones andinas, del mar y de los humedales (Dillehay et al., 2012: 418-423).  O sea, los pobladores actuales de los pueblos de la caña, tienen un legado cultural que abarca desde lo más prístino, pasando por los Cupisnique, Salinar, Virú, Moche, Chimú, hasta la cristalización de la civilización andina: Los Incas. Lo más interesante es que la cultura continúa, los pobladores de Magdalena de Cao lo confirman. Sin embargo, las otras Huacas que se encuentran rodeadas y afectadas por los cañaverales, siguen olvidadas. Esta realidad es una deuda pendiente que el Estado debe asumir y gestionar su pronta recuperación (Figura 6).
Figura 6. Vergüenza nacional. Locomotora colocada en la cima de una Huaca, queda como símbolo de la destrucción sistemática de los monumentos y sitios por parte de los barones del azúcar. Ex hacienda de Chiclín, provincia de Ascope, región La Libertad. Foto © Víctor Corcuera 2007

Magdalena de Cao, impactos de la gestión gubernamental y no gubernamental
Hace un par de años, en el 2016, el distrito de Magdalena de Cao fue lanzado por el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (MINCETUR), como Destino Turístico (Corcuera, 2016). En ese contexto las fachadas de la calle principal de este distrito fueron re-pintadas con las mismas tonalidades de los pigmentos que ornamentan los murales con relieves del sitio arqueológico Cao Viejo. Se plantaron árboles y su alameda principal quedo flanqueada por poncianas, ficus y tulipanes de Gabón. La calzada principal totalmente empedrada con adoquines de granito, generan en el visitante un estado emocional de tranquilidad, regocijo y hospitalidad. Magdalena de Cao es una de las comunidades aledañas al complejo arqueológico “El Brujo”, y su renacer es parte de un proceso de intervención de gestión del sector privado y público. Pero no es el único centro poblado, existen otros, poco conocidas por los visitantes y que urge la presencia del Estado (Figuras 7-9).
Figura 7. Calle principal de Magdalena de Cao, bordeada de ficus y calzada empedrada. Foto © Víctor Corcuera 2016

Figura 8. Mapa vial. Son 14.3 km desde el cruce de Chocope hasta Magdalena de Cao. Mapa elaborado por © Víctor Corcuera con el soporte de Garmin, 2016.

Figura 9. En el poblado “El Nazareno” se continúa usando las embarcaciones en totora para la pesca ancestral. Foto © Víctor Corcuera 2006

Es innegable que la gestión, por parte de la Fundación Wiese, en el complejo arqueológico El Brujo, ha permitido que las investigaciones sean sostenibles. La creación del museo de sitio y la reconstrucción forense del rostro de la Señora de Cao, han sido uno de sus más grandes logros –vinculados al monumento- institucionales. Asimismo, cabe destacar la organización de los Coloquios arqueológicos que durante los cuatro años que vienen organizándolos, les ha permitido reunir a investigadores de diferentes disciplinas de investigación para exponer y discutir temas transversales a la arqueología, educación y turismo. En tal sentido, el complejo arqueológico El Brujo es uno de los cuatro sitios arqueológicos (abiertos al turismo) –a nivel nacional- que cuenta con: museo de sitio, servicio de guiado; y además realiza cursos, seminarios, talleres y coloquios. Indudablemente, ser parte del 5.47 % de los sitios arqueológicos abiertos al turismo en esa situación, lo pondera a nivel regional y nacional. 

El Complejo arqueológico El Brujo. Impactos en Magdalena de Cao
Desde el 2017, la Municipalidad distrital de Cao, el Complejo arqueológico “El Brujo” y la Fundación Wiese, organizan la feria “La señora de Cao”. Esta feria tiene varias actividades: exposición de trabajos artesanales, innovación gastronómica, y el paseo del busto que evoca a aquel personaje hallado en Huaca Cao Viejo, “la Señora de Cao” (Figura 10).
Figura 10. La imagen que evoca a la Señora de Cao ingresa -transportada en andas- a la plaza principal de Magdalena de Cao. Foto © Víctor Corcuera 2017
Figura 10 a. Por segundo año consecutivo la Señora de Cao es paseada en el pueblo. Foto © Víctor Corcuera 2018


En el 2005, se halló en Huaca Cao Viejo, un espacio arquitectónico ornamentado con murales. El arqueólogo Regulo Franco, con su equipo de investigadores, halló 4 fosas funerarias que contenían a individuos de la elite la sociedad Mochica. De éstos, destacó el fardo –intacto- funerario de un personaje que, por los objetos asociados, se asume que fue una líder en el ámbito religioso y político hace 1700 años en el valle de Chicama. Este personaje ha sido bautizado por los especialistas como Señora de Cao. Su descubrimiento marcó un antes y después para la sociedad peruana. Se confirmó que la mujer, en el pasado pre-colonial, a causa de las estructuras de poder y una religión totalmente diferente a la católica, le permitió gobernar su sociedad.  Sus investigadores indican que la Señora de Cao fue una gobernante y, es muy probable que haya sido curandera, una médica que, con el uso de plantas medicinales y el conocimiento ancestral adquirido, lo curaba todo. Este personaje fue tan importante en su época que con su cuerpo se construyó a un personaje de la mitología Mochica, una divinidad femenina. Gabriela Ramos (2017) indica que las creencias y las prácticas funerarias relacionadas con la muerte tuvieron una importancia fundamental en la vida de los antiguos habitantes de los Andes. Éstas prácticas consideraban distintos aspectos concernientes al proceso de la muerte: los lugares de entierro, la manera como se disponía del cuerpo y los rituales de duelo. Asimismo, considera comprender el lugar que ocuparon los muertos y las prácticas funerarias en los procesos de competencia y rivalidad política que caracterizaron la historia de la región (Ramos, 2017:23-24). En ese sentido, la ubicación de la fosa funeraria, la orientación del cuerpo y el ajuar funerario, nos indicaría que el poder de la Señora de Cao, traspasó las fronteras del tiempo (Figuras 11-13). 
Figura 11. Espacio sacro donde fue hallado la fosa funeraria de la Señora de Cao. Foto Víctor Corcuera 2008
Figura 12. Vasija escultórica, hallada en la fosa funeraria de la Señora de Cao. La curandera porta un manto de forma del Pallar Moche. Foto © Víctor Corcuera 2010

 Figura 13. Uno de los dos vestidos hallados con la Señora de Cao, éste tiene lifes estilizados y figuras escalonadas. El vestido mide 1,25 m de largo por 98 cm de ancho. Foto © Víctor Corcuera 2010.

La Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo – PROMPERÚ, utilizó la imagen de la Señora de Cao como representante en diferentes Ferias Internacionales de Turismo. En algunas oportunidades -acompañada del Señor de Sipán-, la Señora de Cao viajó por diferentes latitudes para promocionar el destino Perú. Los impactos de estas campañas no tardaron en dar resultados, el flujo turístico hacia Huaca Cao Viejo aumentó. En ese contexto es entendible que el 2016, como se escribió líneas arriba, el pueblo de Magdalena de Cao haya adquirido la categoría de Destino turístico nacional. Por consecuencia, nuevos emprendimientos económicos están emergiendo en este distrito, los servicios en el ámbito turístico se van diversificando; aún no está consolidado pero el camino ya está trazado. Los 50, 000 visitantes anuales al monumento arqueológico lo confirman. No obstante, esta curva en positivo, no todos los visitantes hacen uso de los servicios ofertados en Magdalena de Cao, aunque la feria Señora de Cao esta ya dando sus primeros frutos. 

Magdalena de Cao y su explosión de colores
Este año, la Municipalidad distrital de Cao, el complejo arqueológico El Brujo, la asociación Pachamuralistas y la Fundación Wiese, hicieron posible que más de 40 artistas, de origen nacional y extranjero, lleguen e intervengan las fachadas de algunas casas de Magdalena de Cao.
En el marco del II Festival de mural ancestral Mochica, la asociación Pachamuralistas, dirigida por el artista Roberto López, convocó a nivel internacional la gran movida muralista que se estaba armando en Magdalena de Cao. Los artistas acudieron y con sus propios medios llegaron, cruzando fronteras, a este centenario pueblo. Las instituciones organizadoras les brindaron las facilidades para que puedan plasmar sus creaciones. En este contexto se les facilitó a los artistas, libros, revistas y acceso al monumento arqueológico para que puedan conocer de cerca las figuras plasmadas en los muros del antiguo templo Mochica y en los objetos expuestos en el Museo de Cao.

Los murales fueron inaugurados el 25 de agosto del presente año. Los testimonios –positivos- de los habitantes de Magdalena de Cao, en referencia de los murales modernos, indican el buen impacto artístico causado en la población por parte de los artistas. Las fachadas, desde ahora, son el testimonio moderno de la vigencia de los códigos plasmados hace casi 2000 años en los templos Moche. Los Pachamuralistas han dejado su impronta contemporánea, inspirados en el arte antiguo, pero también con códigos de cuestionamiento y resistencia al sistema. Estos artistas, de acuerdo a sus testimonios, se van con un buen recuerdo de Magdalena de Cao. El espíritu hospitalario y cálido de la gente de este pueblo generó una frecuencia armoniosa entre ellos y los otros. Por otro lado, los estudiantes de la I.E. N° 80046 “Magdalena de Cao”, entregaron recordatorios a los Pachamuralistas en acto de reciprocidad por los colores que hoy ornamentan su pueblo (Figuras 14-30).
Figura 14. Mural en proceso del artista Olfer Leonardo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 14 a. Considerando que el viento transporta las partículas en suspensión de los químicos, el detalle del mural cuestiona la fumigación del monocultivo de caña de azúcar que pone en riesgo la salud de la población. Foto © Víctor Corcuera 2018 
Figura 15. Los pobladores de Magdalena de Cao están más cercas a sus raíces. Foto © Víctor Corcuera 2018

Figura 16. Sus rostros reflejan su gratitud hacia los Pachamuralistas. Foto © Víctor Corcuera 2018
 Figura 17. Para la posteridad. Foto © Víctor Corcuera 2018

Figura 18. El artista Richard Coral observa su mural casi terminado. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 19. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 20. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 21. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 22. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 23. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 24. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 25. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 26. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 27. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 28. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 29. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018
Figura 30. Pachamuralismo. Foto © Víctor Corcuera 2018

Desde ahora, hay más de una razón y motivación para viajar y conocer Magdalena de Cao, un pueblo centenario pero con raíces culturales milenarias. El arte y la cultura continúa produciéndose, aceptando la modernidad y dinamizando sus procesos. En sus calles hay más de una Señora de Cao, la cultura sigue viva (Figura 31).
Figura 31. Magdalena de Cao, más allá del monumento. Foto © Víctor Corcuera 2018

Los detalles para acceder, por cuenta propia, a este distrito, los pueden consultar en el siguiente enlace: http://larutamoche.blogspot.com/2016/09/magdalena-de-cao-mas-alla-del-monumento.html

¡Buen viaje y nos vemos en la ruta!

Víctor D. Corcuera Cueva
Director del Proyecto de Caminatas e Interpretación del Patrimonio “Rutas Nómadas”
Trujillo, 30 de agosto de 2018

Referencias citadas y bibliografía consultada
CORCUERA, Víctor
2016       MAGDALENA DE CAO. Primera parte: Más allá del Monumento. Recuperado de: http://larutamoche.blogspot.com/2016/09/magdalena-de-cao-mas-alla-del-monumento.html
CHAUCHAT, Claude et. al.
1992       Préhistoire de la Côte Nord du Pérou. Le Paijanien de Cupisnique. Cahiers du Quaternaire 18, Centre National de la Recherche Scientifique, Paris
DÍAZ AHUMADA, Joaquín
1962       Historia de las luchas sindicales en el valle de Chicama. Librería y Editorial “Bolivariana”, Trujillo.
DÍAZ PRETEL, Frank
2014       Familia, fortuna y poder de un vasco noble: Don Tiburcio de Urquiaga y Aguirre 1750-1850. Editorial Universitaria Universidad Nacional de Trujillo, Trujillo
Dillehay, T.; Bonavia, D.; Goodbred, S.; Pino, M.; Vásquez, V.; Tham, R.,
2012       A late Pleistocene human presence at Huaca Prieta, Peru, and early Pacific Coastal adaptations. Quaternary Research. N° 77. pp.418-423
MUJICA, Elías
2007       El Brujo. Huaca Cao. ING fondos, Fundación Wiese y AFP Integra. pp. 209-245
PEÑAHERRERA del ÁGUILA, Carlos
1986       Geografía física del Perú. En: Gran Geografía del Perú. Naturaleza y Hombre. Tomo 1. Manfer & Juan Mejía Baca eds. Barcelona pp. 105-106
RAMOS, Gabriela
2017       Muerte y conversión en los Andes. Lima y Cuzco, 1532-1670. IFEA, IEP, Cooperación Regional Francesa, Lima. pp.23-24
RIZO-PATRÓN, Paul y Cristóbal ALJOVÍN DE LOSADA
1998       La élite nobiliaria de Trujillo de 1700 a 1830. En: El norte en la historia Regional. Siglos XVIII-XIX. Scarlett O´Phelan Godoy / Yves Saint-Geours. Instituto Francés de Estudios Andinos – Centro de Investigación y Promoción del Campesinado. pp. 252-253

ANDINA (Lima 23 de octubre 2008). Promperú promocionará destino Perú a través del Señor de Sipán y Señora de Cao. Recuperado de: https://andina.pe/agencia/noticia.aspx?id=200280



Testimonios de los artistas: https://web.facebook.com/RutasNomadas/

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